La homofobia: asignatura pendiente
@nat_bcn7 | Los actos de violencia contra miembros del colectivo LGTBI, lejos de desaparecer con la progresiva aceptación de la homosexualidad, han aumentado en los últimos meses en toda España. Barcelona, una de las ciudades más gay-friendly del mundo, tampoco se salva de ello. Según datos del Observatori contra la Homofòbia, hasta el 50% de denuncias en Catalunya por homofobia se han llevado a cabo por ciudadanos barceloneses.
El pasado 2015 acabó trágicamente tras la el suicido de Alan la noche del 24 de diciembre. Alan era un joven transexual, el primer menor de edad de Cataluña que había conseguido llevar a cabo su completa transición. Puso punto y final a su vida tras un calvario de burlas y acoso escolar que le quitaron las ganas de seguir adelante. Pero por desgracia, él no fue ni mucho menos la única persona que a lo largo del año sufrió en sus carnes la violencia homófoba.
De hecho, en lo que va de año, ya se han registrado múltiples denuncias por acoso a personas del colectivo LGTBI por su orientación sexual. Tantas han sido éstas, especialmente sonados varios casos consecutivos en Madrid, que a principios de mes fue convocada una manifestación por la Gran Vía como queja por la situación. Con el afán de acabar con este tipo de violencia, a finales de 2014, la Generalitat de Cataluña aprobó una ley pionera de protección de las personas LGTBI ante el acoso de segundos: la Ley de Derechos de las Personas LGBT y para la Erradicación de la Homofobia. Sin embargo, la ley todavía no ha actuado en estos casos, cosa que ha llevado a múltiples asociaciones a reivindicar su aplicación.
Sin ir más lejos, el 27 de enero se convocó en la Plaça Sant Jaume una manifestación que aplegaba asociaciones y personas diversas que clamaban la actuación de las instituciones en la aplicación de la ley. El Observatori contra l'Homofòbia es el organismo encargado de recoger las denuncias de miembros del colectivo LGTBI en Cataluña y asesorarlos para llevar a cabo acciones sancionadoras. Realizan un registro conjunto con la Generalitat, a la que obligan a intervenir amparándose en un artículo de la ya mencionada ley. Sin embargo, su presidente Eugeni Rodríguez ya ha criticado en varias ocasiones la pasividad del Ejecutivo catalán, que no ha actuado en ninguno de los casos.
Sin embargo, los datos no acaban de concordar. En el 2015, el Observatori contra l'Homofòbia recogió un total de 91 denuncias de este tipo, y cuando se llevó a cabo la manifestación en enero ya sumaban 115. Por su lado, la Conselleria de Bienestar Social y Familia de la Generalitat, a través de su Servicio de Atención Integral puesto en marcha a raíz de la aprobación de la ley, tan sólo registraba 28 denuncias a finales de año. Lo claro es que, sean cuales sean los datos más fiables, la violencia homófoba todavía sigue muy presente en la sociedad.
Según un estudio publicado en diciembre de 2015 por el Observatori contra l'Homofòbia con ayuda del Departamento de psicología social de la UAB, Barcelona es la ciudad catalana desde donde se realizan más denuncias por conductas LGTBIfóbicas: hasta un 50% del total.
Gráfico del estudio del Observatori contra l'Homofòbia de diciembre de 2015 en donde indica los ámbitos en los que el colectivo LGTBI sufre discriminación y sus porcentajes
Como puede verse en el gráfico perteneciente al informe en cuestión, hasta 15 de estas denuncias (el 30%) provienen de agresiones físicas, el nivel más grave de la escala. Por tanto, Barcelona, mismo caso que Madrid, a pesar de ser consideradas dos de las ciudades más gay-friendly del mundo, también son todavía núcleos de la discriminación homófoba.
Está por ver si la tan celebrada en su día Ley de Derechos de las Personas LGBT y para la Erradicación de la Homofobia llega por fin al día en que sea aplicada debidamente para empezar a reducir el número de casos de homofobia en Cataluña, para así empezar a vivir entre más tolerancia y menos odio.
