ACATHI, la cuna de los exiliados sexuales
@Sabiduriaaas | El pasado 24 de enero de 2016 la asociación ACATHI se volvió a reunir, como hacen cada viernes desde hace más de una década, para compartir una filmografía, La chica danesa, y algunos comentarios postllanto. Los encuentros siempre van en la misma línea: algo de diversión, algo de reflexión y, cómo no, algo para picar. Pero las reuniones no siempre son tan entretenidas: la asociación LGTB se encarga de acoger a los “exiliados por razones sexuales”, como apuntó Rubén, un colaborador de ACATHI
ACATHI es el intento de contraer las siguientes siglas: “Associació Catalana per a la Integració d’Homosexuals, Bisexuals i Transexuals Immigrants”, frase extraída de la cabecera de su página web. La necesidad de crear un grupo de apoyo para el colectivo gay inmigrante surgió en 2002-2003, cuando una oleada de extranjeros, sobretodo sudamericanos, se instaló en Barcelona. Los recién llegados homosexuales y transexuales acudían a asociaciones de inmigrantes que no trataban la temática lgtb, así que los administradores los enviaban a colectivos de soporte gay. Una vez allí, los participantes se topaban con que los temas relacionados con la inmigración no formaban parte de la agenda y los jefes los devolvían a su remitente, de nuevo. Cojos tanto en un espacio como en el otro, un grupo de voluntarios, la mayoría de ellos afectados por los hechos, decidieron aprovechar el fenómeno para crear una plataforma alternativa que amparara los dos grupos.
Los integrantes de la amalgama LGTB e inmigrantes provienen de lugares muy diversos, aunque es cierto que la fluctuación ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Inicialmente los principales miembros eran de Latinoamérica porque “son más abiertos a la hora de explicar su condición sexual e incluso mostrarla en público”, según Rodrigo Aramena, actual presidente de ACATHI. Con el tiempo se fueron añadiendo algunos de Africa, especialmente del norte, además de países como Jordania, Liba, Egipto, Siria... Los países europeos, Ucrania y Rusia, también se incorporaron un poco más tarde. “Pero los grandes olvidados son los italianos”, nos explica Aramena con cierta exclamación, “es una sociedad bastante homófoba”. La avalancha de italianos se mantiene: llegaron en 2004-2005 y se mantuvieron en marea alta hasta 2009, después descendieron ligeramente en número. Actualmente cuentan con la presencia de unos pocos refugiados sirios, a pesar de que son reacios a declarar su sexualidad cuando llegan al país. Muchos tienen miedo porque “el problema de estos países es que tienen un componente religioso variado, pero una tradición cultural conservadora”; creen que su realidad será un agregado negativo en el expediente una vez instalados en España.
Associació Catalana per a la Integració d’Homosexuals, Bisexuals i Transexuals Immigrants acuña cuarenta socios, personas que mantienen un vínculo estable y regular con la entidad como voluntarios, aunque cuentan con más de 300 usuarios que colaboran, algunos de los cuales son heterosexuales autóctonos, no son inmigrantes ni forman parte del colectivo LGTB.
Gráfico sobre el grado de tolerancia hacia la homosexualidad en diversos países | Fuente: Pew Research Center
En el encuentro del 24 de enero, quisimos preguntar a los usuarios de ACATHI si sentían que Barcelona era una ciudad gayfriendly. La respuesta fue que sí para todos y cada uno de los que se atrevieron a contar sus historias: Veronika, Camilo, Rodrigo y Rubén. De hecho, la sociedad española es la que más acepta la homosexualidad de todo el mundo, según un estudio publicado por el prestigioso instituto de investigación social Pew Research Center en 2015. El 88% de los españoles está a favor de una mayor integración. Según nuestros entrevistados, Barcelona parece ser una de las zonas más amigables en primer lugar porque es una ciudad portuaria, acostumbrada a la diversidad de personas y, por lo tanto, más abierta. Además, Rubén califica a la situación de los catalanes como “especial” y más “permisiva” porque “siempre que se han sentido reprimidos se han refugiado en asociaciones para poder seguir manteniendo sus costumbres”.
